Hoy desde Gabinete Mentis Psicólogos Clínicos en Oviedo os queremos hablar de cómo superar una ruptura amorosa o poner fin a una relación, ya que es siempre traumático, pero a menudo la ruptura es imprescindible.
Superar la ruptura, aunque es un proceso doloroso, con el tiempo implica empezar una nueva vida con todo lo que ello supone.
Después de una primera fase caótica y de confusión llega una segunda etapa en la que aparecerán los miedos a la separación y a la soledad que ésta conlleva.
Finalmente se supera la ruptura y renacemos. Podríamos decir que el fin de una pareja no supone el fallecimiento del amor sino la posibilidad de un resurgimiento de éste en mi vida.
Superar una ruptura es siempre, el inicio de una nueva vida.
Con la ruptura de nuestra pareja se sufre mucho porque suele ser un proceso muy penoso y complicado, que nos lleva a situaciones de estrés, ansiedad, angustia y/o depresión. Por ello debemos pensar que muchas veces necesitaremos el asesoramiento un psicólogo o psicóloga. Acudir a un profesional es una muy buena opción, para que nos indique la forma adecuada de superar la ruptura, de enfrentar las emociones negativas que nos invaden y que no podemos, por más que lo intentemos, controlar con nuestra voluntad. Además de los comportamientos impulsivos inadecuados que solemos tener sin quererlo. El conocer las técnicas que nos brinda la psicoterapia para superar una ruptura es de fundamental importancia.
¿Y mis Hijos?
Cuando la familia se separa, uno de los mayores problemas es cómo lo enfrentarán los hijos y cómo comunicárselo.
Es recomendable informar en forma conjunta a los hijos, en un clima de seguridad, confianza, afecto y calma sobre la nueva situación. Por supuesto, que es necesario no sólo no discutir delante de los niños sobre los temas vinculados a la ruptura de pareja como custodia, visitas, dinero de manutención, etc. sino además mantenerlos totalmente al margen de éstos hasta llegada una cierta edad como sería la adolescencia y siempre que ellos se interesen.
Evitar que los hijos se posicionen a favor de uno u otro padre, y que se sientan culpables al respecto. Es necesario mantener la imagen tanto del padre como de la madre como tal intactas para la buena salud psicológica de los mismos, más allá de nuestra opinión personal sobre la otra parte.
Pensar siempre que para superar una ruptura de pareja, con hijos, es muy importante no olvidarnos ni por un instante que nuestra obligación es preservar el bienestar de éstos, que sufran lo menos posible este gran cambio al que los sometemos.
Son nuestra responsabilidad y tenemos la exigencia de manejar nuestras conductas impulsivas negativas, que pueden aparecer debido a rencores, celos, ira, etc. con respecto al otro cónyuge.
Muchas veces nos cegamos y, aunque no lo podamos creer y ver, nos olvidamos de nuestros hijos o, lo que es lo mismo, no somos conscientes de que les estamos haciendo daño al dejarnos conducir por esos sentimientos negativos o agresivos.
Ruptura de Pareja y de Familia
Cuando una pareja entra en conflicto o simplemente no se siente a gusto, o considera que el sentimiento mutuo de amor se ha desvanecido y decide la separación, ya sea consensuada o no, uno de los mayores inconvenientes está dado cuando se tienen hijos en común.
La ruptura del matrimonio o pareja de sus padres les afecta de diversas maneras y, generalmente, en un alto grado debido a las dificultades de los padres sobre cómo abordar correctamente, saludablemente, la situación.
Son variadas las circunstancias que llevan a una separación de la pareja y de éstas dependerán las consecuencias más o menos negativas por las que tendrán que atravesar los hijos.
No es lo mismo una separación en malos términos -donde tanto previamente como durante el proceso de separación haya agresividad, ya sea física o psicológica- como una ruptura concertada entre ambos cónyuges; o cuando un cónyuge decide unilateralmente la ruptura;o si hubo infidelidades, etc.
¿Cómo enfrentar a los hijos ante la ruptura de la pareja?
La comunicación a los hijos de lo que está sucediendo o va a suceder, es fundamental para determinar cómo asumirán éstos la separación de los padres y el gran cambio que les implica.
Hay que tener en cuenta las diferentes edades de los hijos para utilizar las palabras acordes a ellas. Por eso si hubiera mucha diferencia de edad hablaremos con cada niño por separado pero siempre, si es posible, ambos cónyuges juntos.
Luego, en un segundo momento, volver a abordar el tema de la separación frente a todos los hijos para que no se transforme en un tema tabú entre ellos o entre ellos y sus progenitores.
En el momento de la comunicación es importante dejarlos que desahoguen sus emociones; es decir, si bien la primera reacción puede ser negativa, de bronca, silencio, llanto o palabras agresivas, etc. no hay que asustarse y, simplemente, dejarla que fluya esperando a que cuando estén más tranquilos puedan entrar en razón. Hay que estar muy relajados a la hora de enfrentar esta situación de comunicación, preparados a respetar al máximo las reacciones de los hijos, aunque no por ello dejar que se nos vaya de las manos la situación.
Es decir, tratar de calmarlos en todo momento, demostrarles afecto, positividad pero dejándolos claro que si bien estamos atravesando un problema, es entre todos, poniendo la mejor voluntad y apoyándonos que saldremos adelante.
Con respecto a los motivos de la separación no siempre es necesario entrar en detalles, más aún cuando se trate de una “mala conducta” de una de las partes, ya que hay que tratar de preservar la imagen tanto de la madre o como del padre, por todos los medios. La causa de la separación es un problema de adultos que se arreglara entre adultos, y nada tiene que verla relación que cada uno tiene con su hijo. Un “mal marido” o una “mala esposa” no necesariamente va a ser un “mal padre” o una “mala madre”. Además no debemos nunca olvidar que conservar una buena imagen tanto paterna como materna, es fundamental para el equilibrio emocional y psicológico de los hijos.
Cada hijo desarrollará su relación personal con cada progenitor descubriendo cómo es cada uno en su función y pudiendo evaluarlos como tal.
¿Hay alguna edad en la que afecte menos a los niños la separación?
Muchos padres se preguntan si hay alguna edad en los niños que le perjudique menos la separación de los padres, de hecho demasiadas parejas esperan varios años para tomar la decisión bajo la excusa de que sus hijos son pequeños aun, postergando un ambiente familiar de manifestaciones agresivas, emociones y conductas de pareja negativos para el crecimiento de los niños. Pero no está comprobado científicamente que haya una edad donde los niños se vean menos afectados por una separación.
Sí que puede haber diferentes reacciones en sus conductas y emociones según la etapa de desarrollo en la que se encuentren. De todas formas en todas las edades es de esperar que sea inevitable que les afecte considerablemente ya que se trata de un cambio muy importante para ellos; el tema es lograr que les afecte lo mínimo posible y que se sobrepongan y adapten al gran cambio lo antes posible. Para ello es adecuado que se dé un clima de respeto, tranquilidad, buena comunicación tanto entre sus padres como hacia ellos; y que se sientan escuchados.